jueves, 30 de octubre de 2014

JUSTIFICACIÓN DE LA ORIENTACIÓN EN EL CURRÍCULUM DE ED. PRIMARIA

De todos es conocido el auge producido en los últimos años en el área de Educación Física dentro del bloque de “Actividades en el medio natural”. Y qué mejor actividad dentro del mismo que La Orientación en la Naturaleza, una “herramienta” básica para conocer y desenvolverse con facilidad dentro de ese medio.
La Orientación proporcionará a nuestros alumnos una motivación más a la hora de tomar contacto con un medio no demasiado habitual para ellos, pero quizás como enfoque educativo a nosotros, los docentes, nos interesen sobremanera aquellos aspectos educativos que a través del trabajo de la Orientación en las clases de Educación Física podemos abordar. Así, pues, en este primer punto se citarán algunos de los aspectos más destacados a nivel educativo que esta actividad nos proporciona. Se trata de justificar el ¿porqué la Orientación y no otra actividad? ¿porqué se considera a la Orientación como actividad idónea para tales fines? ¿Podemos con la Orientación, abordar aspectos interesantes en el proceso educativo de nuestros alumnos?, o simplemente se trata de una actividad pensada como entretenimiento. Veremos como si la comparamos con otras actividades en este mismo medio, la Orientación presenta algunas ventajas sobre otras.

INTRODUCCIÓN A LA ORIENTACIÓN Y LA BRÚJULA COMO HERRAMIENTA



Dentro del abanico de actividades en la naturaleza, nos encontramos la orientación, que como deporte y actividad educativa, va teniendo cada día, más presencia debido a la riqueza de posibilidades que ofrece. 
Desde el principio, el hombre necesita orientarse, de tal forma, que quiere saber por dónde va, a dónde se dirige, y en algunos casos, aún más import ante, e incluso vital, por dónde regresar. En ciudad, orientarnos, puede resultar más fácil puesto que vamos a encontrar indicadores,señales, personas... que nos muestren el trayecto que debemos realizar para llegar hasta el punto deseado. Sin embargo, en el medio natural, la orientación depende de otros factores que debemos conocer y controlar para poder desplazarnos y desenvolvernos sin problemas. 
Vamos a encontrarnos, dependiendo de la actividad a realizar, itinerarios marcados, en los que la orientación resulta relativamente sencilla, pues aunque se desconozca el terreno, sólo tenemos que ir pendientes de las señales, mojones, pinturas, etc., que nos van indicando el camino. Pero también podemos encontrarnos senderos no marcados en el terreno y para seguirlos, sin perdernos, necesitaremos saber manejar algún método más o menos sofisticados de orientación, en cualquier caso, un mapa de la zona y una brújula serían los instrumentos más básicos a utilizar. 


 -- LA BRÚJULA -- 

La brújula es un instrumento de orientación que utiliza una aguja imantada para señalar el norte magnético terrestre. Su funcionamiento se basa en el magnetismo terrestre, por lo que señala el norte magnético en vez del norte geográfico y es inútil en las zonas polares norte y sur debido a la convergencia de las líneas de fuerza del campo magnético terrestre. Desde mediados del siglo XX, la brújula magnética empezó a ser reemplazada por sistemas de navegación más avanzados y completos, como la brújula giroscópica -que se calibra con haces de láser- y los sistemas de posicionamiento global. Sin embargo, aún es muy popular en actividades que requieren alta movilidad o que impiden, debido a su naturaleza, el acceso a energía eléctrica, de la cual dependen los demás sistemas.

sábado, 25 de octubre de 2014

El niño y el medio ambiente

Cuando hablamos de la relación del niño o niña y medio hacemos referencia a los distintos ambientes en el que éste se desenvuelve: la familia, el centro escolar, su barrio.
Teniendo en cuenta los elementos que lo forman, las condiciones que inciden sobre ellos y los acontecimientos que en ellos transcurren.
Así al hablar de la interacción del niño o niña y su medio, debemos de tener en cuenta:
Los espacios donde realizan su actividad: la casa, la calle, el parque, el barrio...
Los elementos que forman parte de ellos: personas, animales, plantas, objetos...
Las relaciones que se establecen entre los elementos: cooperación, participación, afecto, seguridad...
Los acontecimientos que tienen lugar y que inciden directamente sobre ellos: la fiesta, costumbres, el nacimiento de un nuevo hermano, la salud...
Todas estas variables inciden sobre la formación del individuo, de forma que no podemos entenderlo como algo estético, sino que tenemos que entenderla como algo dinámico que conlleva implícito una serie de variables que condicionan y determinan las actividades que se realizan en él.
El proceso de desarrollo del individuo se genera al poner en relación una serie de factores genéticos y ambientales, para llevarlo a cabo pone en funcionamiento elementos de carácter interno y externo que ayudarán a ajustar su actuación a las exigencias del medio. Aquí tendría un papel decisivo, los estímulos que reciba del medio en que se desenvuelva y los intercambios que se realicen en sus iguales y con los adultos. Estos pondrían al alcance de los niños y niñas los medios necesarios para que se desarrollen de forma adecuada dentro del grupo cultural del que forma parte.
Así, a los educadores nos corresponde la labor de organizar y planificar la acción educativa teniendo en cuenta las características evolutivas de los niños y niñas, las de su entorno, los distintos ritmos de aprendizajes, motivaciones, intereses, etc., que permitan a los niños y niñas ir adaptándose a su realidad natural y sociocultural.
Es obvio que a la familia le corresponde en primer lugar el derecho y el deber de educar a sus hijos. Los criterios educativos seguidos en el ámbito familiar no deben crear dicotomías, con los que se ofrecen dentro del ámbito escolar, ya que el objetivo primordial de ambas será la formación integral y global del niño o niña, ofreciendo modelos coherentes y lo suficientemente abiertos que le permitan integrarse en la cultura y la sociedad. Por lo tanto, ambas líneas de actuación tendrán que ir en la misma dirección para garantizar la seguridad y el equilibrio en la formación del individuo.
Tanto desde el ámbito familiar como desde el ámbito escolar deben establecerse mecanismos que faciliten al niño o niña su interacción con el entorno geográfico, cultural y social en el que se encuentran inmersos. Con tal motivo proponemos una serie de actividades que puedan llevarse a cabo dentro del ámbito familiar para facilitar a sus hijos la interacción en el medio de que forman parte:
Observar los animales y plantas del medio natural de que forma parte.
Visitar alguna granja, zoológico, jardín botánico, etc., y observar y dialogar sobre
características de los animales y plantas presentes.
Fomentar el cuidado por parte del niño o niña de flores o animales en el hogar.
Mostrar al niño o niña álbumes de fotos en donde identifiquen a los distintos miembros de su familia y las relaciones de parentesco que se establecen entre ellos.
Dialogar con los niños y niñas sobre las ocupaciones de cada uno de ellos y los roles que desempeñan en el hogar.
Explicar al niño o niña los distintos elementos de casa y las posibilidades de riesgo de algunos de dichos elementos.
Pasear con ellos en la calle mostrándole cada uno de los elementos que la componen y funciones que realizan: comercios, edificios públicos, medios de transporte, etc.
Enseñarle muy detalladamente dentro de sus posibilidades las normas de educación vial: no bajar de la acera, no correr por la calle, paso de peatones, semáforo, etc.
Fomentar los juegos grupales.
Jugar a la identificación de las distintas profesiones y su utilidad para la comunidad.
Participar en las fiestas populares, acercando al niño o niña al conocimiento de las costumbres y folklore de su ciudad o nación.
Acostumbrar al niño o niña al cuidado y orden de sus juguetes, ropas, etc.
Enseñarle y acostumbrarle a los principales hábitos de alimentación e higiene.
Explicarle la importancia de los alimentos para la vida humana y su procedencia.
Iniciarlo en la comprensión de los días de la semana, meses y estaciones asociándolos con sucesos significativos.
Darle pequeñas responsabilidades en las tareas de la casa.
Ver alguna película o contarle alguna situación en que para hacer las cosas se cuente con la cooperación de todos, compartir materiales, juguetes, etc.

La importancia del juego en el niño

El juego constituye un elemento básico en la vida de un niño, que además de divertido resulta necesario para su desarrollo. Pero ¿por qué es importante y qué les aporta? Los niños necesitan estar activos para crecer y desarrollar sus capacidades, el juego es importante para el aprendizaje y desarrollo integral de los niños puesto que aprenden a conocer la vida jugando.
Los niños tienen necesitan hacer las cosas una y otra vez antes de aprenderlas por lo que los juegos tienen carácter formativo al hacerlos enfrentar una y otra vez, situaciones las cuales podrán dominarlas o adaptarse a ellas. A través del juego los niños buscan, exploran, prueban y descubren el mundo por sí mismos, siendo un instrumento eficaz para la educación.

El juego desarrolla diferentes capacidades en el niño

El juego es un ejercicio que realiza el niño para desarrollar diferentes capacidades:
- Físicas: para jugar los niños se mueven, ejercitándose casi sin darse cuenta, con lo cual desarrollan su coordinación psicomotriz y la motricidad gruesa y fina; además de ser saludable para todo su cuerpo, músculos, huesos, pulmones, corazón, etc., por el ejercicio que realizan, además de permitirles dormir bien durante la noche.
- Desarrollo sensorial y mental: mediante la discriminación de formas, tamaños, colores, texturas, etc.
- Afectivas: al experimentar emociones como sorpresa, expectación o alegría; y también como solución de conflictos emocionales al satisfacer sus necesidades y deseos que en la vida real no podrán darse ayudándolos a enfrentar situaciones cotidianas.
- Creatividad e imaginación: el juego las despierta y las desarrolla.
- Forma hábitos de cooperación, para poder jugar se necesita de un compañero.
- El juego hace que los bebés y niños pequeños aprendan a conocer su cuerpo, los límites de él y su entorno.
Los niños deben disfrutar de sus juegos y recreaciones y deben ser orientados hacia fines educativos para así conseguir el máximo beneficio.
En un inicio, los niños sólo se desenvuelven por la percepción inmediata de la situación, hacen lo primero que se les viene a la mente, pero este tipo de acción tiene sus límites sobre todo cuando hay problemas; mediante el juego el niño aprende a desenvolverse en el ambiente mental, utilizando el pensamiento para ir más allá del mundo externo concreto, logrando guiar su conducta por el significado de la situación obligándolo y motivándolo a desarrollar estrategias para la solución de sus problemas.
Por ejemplo, cuando el niño quiera hacer que su torre de bloques pueda ser más alta, utilizará su pensamiento para descubrir que debe colocar los bloques más grandes en la base, o hacer una base con varios bloques pequeños y conseguir hacer una torre más alta que si lo hiciera apilando un bloque tras otro.